PRIMERA TRANSFERENCIA EMBRIONARIA
DÍA DE LA TRANSFERENCIA
Llegó el gran día. Así fue el día de nuestra primera transferencia embrionaria:
- Último día de Doxiclat. La última pastilla la tomé por la mañana, antes de la implantación.
- Llamada de la embrióloga. A primera hora de la mañana recibí la llamada de la embrióloga, en la que comentamos varios puntos importantes de cara a la transferencia.
- Confirmar que me encontraba bien y sin sangrados. Confirmar cuántos embriones queríamos descongelar para la implantación. En nuestro caso, solo uno, que es lo que habíamos acordado con nuestro ginecólogo y que también entraña menos riesgos que un embarazo múltiple en general, y por mi historial y nuestras circunstancias. Me recomendó no usar perfume, desodorantes ni maquillaje, por sus componentes químicos. También me recordó que, con mi paso por el hospital, mi pareja y yo debíamos firmar la documentación de autorización para la descongelación de embriones.
- Y, por último, me comentó que debía llegar con la vejiga medio llena (con ganas de hacer pipí), para facilitar el paso del catéter para la transferencia.
- Durante el camino al hospital fui bebiendo un poco de agua, pero de forma moderada para asegurar que podía aguantar hasta el final del procedimiento.
- Una vez en el hospital, estuvimos con la embrióloga, que nos contó cómo sería el proceso y nos enseñó el vídeo en time-lapse que grabaron durante los 5 días después de la punción, en el que se veía la evolución de las células del embrión que me iban a transferir. Este vídeo, que pudimos llevarnos grabado a casa en un USB que habíamos llevado con nosotros, es realmente interesante y curioso.
- Momento de la transferencia. En mi preparación solo necesité desvestirme de cintura para abajo y en el hospital me proporcionaron una bata, calzas y gorro, me acompañaron hasta la camilla y pronto llegó mi ginecólogo. Fue un proceso muy sencillo, se utilizó un espéculo vaginal para tener una mayor apertura se introdujo un catéter a través del cual se metió el embrión empujado por una jeringuilla. Pude seguir todo el proceso con la ecografía abdominal e incluso pude ver el embrión en forma de puntito blanco llegando al endometrio. La pena de todo esto es que mi marido no me pudo acompañar en esta parte, por el protocolo por Coronavirus. Cuando terminó el proceso, el catéter fue inspeccionado por los embriólogos para asegurar que el embrión no se hubiese quedado en él. Lo siguiente fueron 10 minutos de reposo, es un momento de reposo psicológico ya que el embrión no se va a caer cuando te levantas. Durante ese tiempo, aprovecharon para realizarme una analítica para comprobar mi nivel de progesterona.
- Una vez fuera, nos dieron las indicaciones para el resto del día, así como el resto de días hasta la prueba de embarazo, 11 días después. Próximamente, descubriremos las recomendaciones en el post de cuidados especiales y siguientes indicaciones.
- Por la tarde, recibí una llamada del hospital para comprobar como estaba y para darme el resultado de la analítica, que por desgracia decía que mi nivel de progesterona era bajo y debía añadir al tratamiento una inyección de progesterona al día. La receta me la anticiparon antes de mi salida del hospital y el medicamento recetado era Prolutex de 25mg con 7 viales por caja, con un coste de 64’25€. Es importante pedir el kit de administración en la farmacia porque no se incluye en la caja.
Los días siguientes hasta la prueba fueron muy tranquilos, manteniendo toda la medicación indicada. Para la prueba de embarazo, pedí el volante médico con la prueba Beta (GCH) y también la progesterona, para conocer el nivel actualizado. Dos días después de la analítica de la Beta Espera recibimos el resultado que, por desgracia, era negativo.
Había sido un fallo de implantación y significaba que debíamos volver a empezar. Mi ginecólogo me indicó que dejara toda la medicación y cuatro días después me bajo la regla.
Los fallos de implantación pueden ser bastante comunes y pueden darse por muchos motivos, pero la mayoría son desconocidos. Te animamos a que consultes con tu profesional de la salud reproductiva en caso de duda.
FIRST EMBRYO TRANSFER
FIRST EMBRYO TRANSFER
TRANFER DAY
The great day has arrived. That was our first embryo transfer day:
Last day of Doxiclat. I took the last pill in the morning, before the implantation.
The Embryologist called first thing in the morning, to discuss several important points before the transfer.
To confirm that I was feeling good and was not bleeding.
To confirm how many embryos we wanted to be unfrozen for the implantation. In our case, only one. That´s what we agreed with our Gynaecologist and because of my history and our circumstances, there are less risks in comparison to a multiple pregnancy.
She advised me not to use perfumes, deodorant or make up, because of their chemical ingredients.
She reminded me that my husband and I had to sign the authorisation documents for the unfrozen embryo when we arrived at the hospital.
Finally, she told me that my bladder needed to be at least half full to facilitate the transfer.
On the way to hospital, I drank some water but not too much, so that I could resist going to the toilet until the end of the process.
Once in the hospital, we spoke with the Embryologist, who told us what the process would be like, and we saw the time-lapse video showing the evolution of the embryo that was being transferred to me. This video also showed the embryo during the 5 days after the puncture which we found really interesting and we were able to put the recording of the video on a USB stick to take home with us.
The Transfer. For my preparation I only needed to undress from the waist down and I was provided with a gown, shoe covers and a cap. They assisted me on to the surgical chair and waited for my Gynaecologist who soon arrived. It was a very easy process. He used a vaginal speculum to widen the vagina and introduced a catheter through which a syringe was inserted and the embryos was pushed in. I followed all the process on the abdominal ultrasound and I could see the embryo as a white dot reaching the endometrium. It was disappointing that my husband couldn’t attend this procedure, due to the new Coronavirus protocol. When the Gynaecologist had finished the process, the Embryologist checked the catheter to ensure that the embryo wasn’t there. Then I had to rest for 10 minutes. During this time, they took a blood test to check the progesterone level.
Once out of theatre, they gave us all the instructions for the rest of the day, and the days up until the pregnancy test, 11 days after the implantation.
In the afternoon, I received a phone call from the hospital to ask how I was feeling and I was given the results of the blood test, which unfortunately showed that the progesterone level was low and I therefore needed to add an injection of progesterone every day. I was given the prescription before I left the hospital. The medication is called Prolutex 25mg, there are 7 vials per box and it costs 64’25€. It´s important to ask for the administration kit in the chemist, because it’s not included with the medication.
The following days were very relaxed. I continued to take all the medication. I asked for the Beta HCG test [ Beta-HCG is a blood test used to measure HCG levels in early pregnancy. HCG is a hormone that is present in pregnancy] and the progesterone levels to be included in the pregnancy test, to know the updated level. Two days after the blood test we received the results, it was negative. An implantation failure had happened and it meant that we had to start again. I spoke with my Gynaecologist who instructed me to stop all the medication, and four days later my next period started.