PUNCIÓN OVÁRICA EN FIV

¡El gran día!
Era el día 13 del ciclo, había estado tomando la medicación para la estimulación ovárica los días previos, en revisiones ginecológicas para controlar el crecimiento de los folículos y, además, había visitado a la anestesista para realizar el preoperatorio. En esta última visita, también se incluyó una PCR, obligatoria para el paso por quirófano, por la pandemia.
La punción era a las 11:30 de la mañana y llegamos media hora antes al hospital. Nos asignaron una habitación, me facilitaron un kit con una bata, gorro, patucos y mascarilla, y me facilitaron una hoja de instrucciones y normativa del hospital. En las instrucciones se indicaba que debía hacer pis antes de dejar la habitación para ir a quirófano.
Ese día me invadía una mezcla de nervios, emoción y desesperación por deshacerme de la hinchazón que me acompañaba los últimos días y que ya me empezaba a doler.
Llegó el celador y empezamos el recorrido hacía el quirófano de la unidad de reproducción, donde se realizan estos procedimientos. La diferencia con los quirófanos normales es que no hace frío, ya que se debe mantener una temperatura cálida que no afecte a la extracción de ovocitos. Además, es como una consulta ginecológica, con la misma camilla.
Una vez allí, me esperaban las enfermeras que empezaron a prepararme para la punción, me pusieron la vía y pronto llegó el anestesista. Todo el equipo fue muy amable y humano, lo que hizo que me mantuviera relajada. Cuando llegó mi ginecólogo y estuvieron preparados los embriólogos en la sala adjunta, el anestesista empezó a administrarme la anestesia y en cuestión de segundos ya estaba dormida.
La punción suele tener una duración de entre 15 y 20 minutos y suele ser una intervención muy sencilla, pero que, por ser algo molesta, requiere de sedación. En mi caso, debido a que había producido muchísimos ovocitos, tardaron un poco más, sobre 25 – 30 minutos, aproximadamente.
Cuando terminaron la punción, me dejaron en observación hasta que desperté, que fue poco después vomitando la anestesia. Era el momento de volver a la habitación y empezar la recuperación de la anestesia para volver a casa.
En la habitación me esperaba mi marido, todo había salido bien, pero a partir de ese momento se me despertó un dolor intenso en el costado, parecía que irradiaba por los pinchazos a los que se habían sometido los folículos. Era normal y fue pasando poco a poco mientras me seguía despertando.
Permanecimos dos horas más en la habitación mientras terminé de despertarme, empecé a beber y tolerar los líquidos y pudieron quitarme la vía. Eso sí, me dieron un calmante antes de irme a casa para soportar las molestias durante el ratito de coche.
En el tiempo que estuve recuperándome, el personal siguió atento a mi evolución. Nos visitó la embrióloga que nos informó del resultado de la punción. Había producido 40 folículos de los que se habían obtenido 42 ovocitos. Este resultado era bastante elevado y se debía a la hiperestimulación, no es una referencia ni suele ser una cifra nada habitual (una buena media suelen ser 25 ovocitos), pero llegados a este punto, la parte positiva es que se suponía que íbamos a conseguir muchos embriones y se esperaba que con calidad para poder elegir los mejores en la transferencia.
Antes de irnos sobre las 14 horas, nos despedimos de nuestro ginecólogo. Nos reconfortaba que, a pesar de la hiperestimulación, podíamos tener más opciones de calidad de cara a la transferencia y evitar tener que volver a pasar un proceso de estimulación, aunque tuviésemos que esperar algún ciclo para la transferencia.
Las indicaciones que nos dieron para la recuperación y los siguientes días fueron:
- Beber muchos líquidos, en especial me recomendaron beber Aquarius
- Realizar reposo relativo durante las siguientes 24 horas
- Comer de forma normal, sin ninguna indicación concreta
- No mantener relaciones sexuales hasta la próxima regla
- Administrar Utrogestan 200mg vía vaginal durante 7 días, empezando esa misma noche
También, nos indicaron que era normal tener molestias e incluso algún pequeño sangrado y que podía tomar algún analgésico si lo necesitaba, pero si tenía algún otro síntoma, debía contactar con la Unidad de Reproducción o acudir a urgencias.
Esa misma tarde me llamaron los embriólogos desde la Unidad para preguntar por mi estado, recordar que debía beber mucho y confirmarnos que estaban trabajando con los ovocitos extraídos. También nos indicaron que harían seguimiento de los ovocitos y la fecundación y que nos irían informando sobre el proceso.
El día siguiente nos volvieron a llamar para hacer seguimiento sobre mi estado, insistir en la ingesta de líquidos para agilizar la recuperación, y para informarnos que de los 42 ovocitos solo 30 eran adecuados para la fecundación. Seguíamos teniendo una buena cantidad de ovocitos y poco habitual.
El tercer día tras la punción recibimos una nueva llamada de los embriólogos, ya habían realizado el proceso ICSI (microinyección del espermatozoide dentro del óvulo) y se habían conseguido 18 embriones. Era una buena cifra, ahora faltaba ver cuántos evolucionaban.
El quinto día, era el último día de seguimiento puesto que ya se iban a congelar. Finalmente, habían evolucionado 12 embriones, 6 de calidad A y 6 de calidad B, así que había merecido la pena la hinchazón. Los embriólogos también estaban muy satisfechos con el resultado y nos recomendaron congelar los 6 embriones de calidad A de forma individual y los embriones de calidad B en parejas y así lo hicimos.
Mi recuperación fue un poco más lenta que en los casos habituales debido a la hiperestimulación, que había provocado todas las molestias e hinchazón y, por ende, más folículos pinchados con las molestias internas pertinentes, así que mi siguiente semana fue muy tranquila y con baja actividad.
Una vez que terminé con la administración de Utrogestan durante 7 días, y tras 5 días más, me bajó la regla y ya solo tenía que esperar todo ese ciclo para empezar en el siguiente la preparación para la transferencia. Durante ese mismo mes, pasamos por consulta para una ecografía vaginal para ver cómo se recuperaban los ovarios.
Esta parte del proceso no fue fácil, la hinchazón y las molestias me acompañaron durante muchos días, pero estábamos contentos por el resultado. Ya teníamos a nuestro “equipo de futbol” compuesto por 12 embriones esperándonos congelados.