VIAJAR EMBARAZADA

<strong>VIAJAR EMBARAZADA</strong>

Nos encanta viajar, es una de nuestras mayores aficiones, y durante el embarazo no quisimos dejar pasar la oportunidad de hacer las últimas escapadas siendo dos.

Las recomendaciones recogidas desde nuestra experiencia son:

  1. En primer lugar, lo más importante sería consultar con el/la ginecólogo/a la posibilidad de viajar, para que sea un profesional quien indique que no hay ningún riesgo, según el embarazo en cuestión. En caso de poder viajar, sería conveniente preguntar por sus recomendaciones.

En mi caso, mi ginecólogo me indicó que, estando recuperada tras los riesgos y los sustos del primer trimestre, podía viajar sin problemas. Sus recomendaciones eran descansar después las comidas, que no hiciese grandes esfuerzos y que ¡disfrutara del viaje!

Los principales viajes que hicimos fueron a Madrid en tren y a París en avión. Aunque también hicimos otras escapaditas en coche a Valencia, Denia y Moraira.

  1. Mejor en el segundo trimestre. En el primer trimestre hay mayor riesgo de abortos espontáneos, más miedos, malestar o tal vez se deba guardar reposo relativo por alguna circunstancia, y en el tercer trimestre, solemos estar más gorditas, pesadas, doloridas y menos ágiles para andar. Por lo que el segundo trimestre es el ideal para disfrutar de los viajes.

Yo me pasé la mayor parte del primer trimestre de reposo absoluto y en el segundo, ya recuperada físicamente, me encontraba muy bien. En el tercer trimestre, se notaba el peso extra y volvían algunas molestias, pero, aun así, estaba bien para pequeñas escapadas.

  1. Pedir un justificante médico. Si el viaje va a ser en avión, lo mejor sería solicitar al médico de familia o ginecólogo/a un justificante en el que se acredite las semanas de gestación en el momento del viaje, así como si la embarazada es apta para viajar y no existen riesgos.

Muchas compañías no dejan volar a partir de la semana 28, otras hasta la 32 o 36, pero siempre con justificante que lo acredite.

Por ejemplo:

Iberia: 28 semanas sin justificante, máximo 36 semanas (32 en embarazos gemelares) con justificante.

Ryanair: 28 semanas sin justificante, máximo 36 semanas (32 en embarazos gemelares) con justificante. Requieren justificante expedido no más de dos semanas antes del vuelo y cumplimentar un formulario de la compañía.

Vueling: 27 semanas sin justificante, máximo 35 semanas con justificante.

Easyjet: máximo 35 semanas en embarazo único y 32 en múltiple.

Yo viajé a París en la semana 26 para la ida y vuelta en la 27, con Ryanair. No requería justificante médico, pero dada la cercanía a la fecha del cambio de condiciones, lo solicité al ginecólogo y lo llevé conmigo durante el viaje.

Por cierto, mejor si el viaje en avión es de corta duración, porque las embarazadas tiene mayor riesgo a sufrir trombosis. En mi caso, ya llevaba anticoagulantes en el tratamiento, pero también preferíamos un destino cercano, que con el volumen de la barriga es más incómodo pasar mucho tiempo en espacios reducidos y de difícil movilidad.

  1. Evitar países con condiciones higiénicas bajas o con enfermedades víricas. Hay ciertos destinos que requieren de vacunas que no son aptas para embarazadas, riesgos de infección (ej. zonas con Zika – enfermedad del mosquito que puede generar malformaciones en el feto), baja higiene en la alimentación, agua no potable, etc.

Nosotros contemplamos solo destinos europeos urbanos, para asegurar las máximas condiciones higiénicas, de salud y minimizar riesgos y tiempos de vuelo.

  1. Recordar llevar toda la medicación. Si dependemos de un tratamiento para la gestación, es fundamental no olvidarlo y llevarlo en la mochila junto a nosotros en las mejores condiciones (ej. si necesita frío o una temperatura determinada). Idealmente, no llevarlo en la maleta, por si se pierde. Además, es importante llevarse todo lo necesario para la comodidad y los cuidados de la futura mami, con el fin de descansar y estar bien durante la estancia.

En mi caso, me llevé heparina, aspirina, hierro y vitaminas a todas partes. Por suerte, esta medicación no requiere de frío. Eso sí, toda la medicación venía en mi equipaje de mano.

Yo no me llevé cojines de embarazo que solía usar en casa, porque el hotel me facilitaba varias almohadas y cojines adicionales, pero es un punto importante para evitar dolores típicos de las embarazadas por las noches y descansar mejor. Y en mi viaje a París, nos acompañó la almohadilla eléctrica para el dolor en la parte alta de la espalda.

  1. Usar ropa cómoda, no muy apretada para que circule bien la sangre, y no abrigarse de más, que con el movimiento y el calor puede afectar a la tensión.

Hay un punto en el embarazo que suele coincidir en el segundo trimestre en el que la ropa habitual empieza a apretar y quedar justa, pero la ropa premamá suele quedar grande, las gomas de los pantalones premamá no ajustan y parece que se vayan a caer. Es ese momento complicado en el que cuesta verse bien.

Seguramente un viaje sea la excusa perfecta para comprar ropa, ya sea premamá o ropa normal holgada para usar también después del embarazo y verse bien en las fotos del viaje. A mí me funcionó y me fui de viaje con una sudadera más anchita, otra de lactancia y algunos pantalones premamá con ajustes laterales.

  1. El uso de calzado cómodo, es un básico en el embarazo. Aunque a veces es inevitable que una embarazada tenga los pies hinchados, dolores, molestias por el peso extra, o mala circulación.

La hinchazón de pies no fue mi caso ni en los viajes, pero el peso extra sí hacía mella en el dolor de pies, que pidieron algún masaje al llegar al hotel, por las noches. Otra buena excusa para recibir mimos durante el embarazo y los viajes.

  1. Contemplar más descansos y paradas. Una siesta o simplemente tumbarse un poco tras las comidas ayuda a coger fuerzas y evita molestias mayores. También es bueno ir haciendo paradas durante el día, porque las molestias o el dolor puede venir de repente por excesos y de ahí a los sustos.

En nuestra primera escapada a Madrid tuve unos pinchazos fuertes nada más llegar al hotel (posibles contracciones, según mi ginecólogo), después del ajetreo del tren, desplazamiento hasta el hotel y demás. Fue un pequeño aviso para recordar que no me podía confiar, aunque me encontrara mejor tras el reposo del primer trimestre.

Fui consciente que se habían terminado nuestros míticos viajes en los que el reloj contaba más de 15km diarios, así que pusimos el freno y disfrutamos de paseos en vez de carreras, siestas después de comer, paradas a mitad mañana y meriendas obligatorias. ¡“Slow Life” está de moda!

Esto lo aplicamos también en París. Nada de mochila, ni peso adicional al de mi barriga de 6 meses, paradas cada dos horas, aproximadamente, y vuelta al hotel para descansar o hacer la siesta y seguir organizando visitas. Un viaje relajado, en el que vimos “casi” todo lo que hay que visitar, con una buena organización y nueva concienciación, en el que disfrutamos de baños de sol y tentempiés franceses.

Viajar embarazada. Visitando Jardines Tuileries, París
Jardines Tuileries, París

¿Cómo han sido tus viajes? ¿Cuáles han sido tus destinos y cuál recomendarías a las embarazada?



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